Los hongos en las uñas de las manos son una afección común que puede presentarse con distintos síntomas. Aunque solemos asociar más los hongos con los pies, lo cierto es que las manos también pueden verse afectadas por este tipo de infecciones, sobre todo si están expuestas con frecuencia a la humedad, productos químicos o pequeños traumatismos. En este artículo, explicamos los diferentes tipos de hongos en las uñas de las manos, sus síntomas y recomendaciones para prevenir su aparición.

¿Por qué aparecen hongos en las uñas de las manos?

Los hongos son organismos microscópicos que proliferan en ambientes cálidos y húmedos. Aunque se asocian generalmente a zonas como los pies, donde el calor y el sudor son más habituales, lo cierto es que las uñas de las manos también pueden verse afectadas, especialmente si están constantemente expuestas a la humedad o a productos agresivos.

Cuando estos microorganismos logran instalarse en una uña, se alimentan de la queratina, una proteína natural presente en las uñas, el cabello y la piel. Pudiendo provocar diversos cambios visibles en la uña, como engrosamiento, alteraciones en el color (amarillento, marrón o blanquecino), fragilidad, descamación e incluso, en los casos más avanzados, el desprendimiento parcial de la uña.

Tipos de hongos responsables de onicomicosis en las uñas

Existen varios tipos de hongos responsable de la onicomicosis y hongos en las uñas de las manos, te detallamos los más comunes:

Dermatofitos

Son los hongos más comunes causantes de onicomicosis. Estos hongos se alimentan de la queratina presente en las uñas y la piel. Dentro de este grupo, destacan géneros como Trichophyton, Microsporum y Epidermophyton. La infección por dermatofitos suele provocar uñas engrosadas, quebradizas y decoloradas. 

Levaduras

El hongo Candida es la levadura más común que afecta las uñas de las manos, especialmente en personas que tienen las manos frecuentemente en contacto con agua o productos químicos. Las infecciones por Candida pueden causar inflamación alrededor de la uña, enrojecimiento y, en casos severos, la pérdida total de la uña. 

Mohos o hongos no dermatofitos

Estos hongos, menos frecuentes, pueden infectar las uñas y provocar síntomas similares a los dermatofitos, aunque suelen ser más difíciles de tratar. Algunos géneros comunes incluyen Scopulariopsis y Fusarium.

Cómo identificar los hongos en las uñas de las manos

La salud de nuestras uñas a menudo pasa desapercibida, hasta que notamos cambios como un color amarillento, fragilidad o engrosamiento. Saber identificar los signos tempranos de una infección por hongos en las uñas es fundamental para poder actuar cuanto antes y evitar que el problema se agrave o se extienda. Te explicamos de forma clara y sencilla cómo detectar posibles hongos en las uñas de las manos:

Cambios en el color de la uña

Uno de los primeros signos visibles de una posible infección por hongos en las uñas de las manos es la alteración del color natural de la uña. Mientras que una uña sana suele presentar un tono rosado, uniforme y translúcido, una uña afectada puede empezar a mostrar manchas de color amarillento, blanquecino o marrón. En ocasiones, el color puede volverse verdoso o incluso adquirir tonalidades oscuras como el negro. Estas manchas no suelen distribuirse de manera homogénea: es común que aparezcan primero en un lateral o en la base de la uña, para después ir extendiéndose hacia otras zonas con el paso del tiempo.

Uña engrosada o deformada

A medida que el hongo se desarrolla, es frecuente que la uña afectada comience a engrosarse de forma anómala. Esta alteración no solo afecta al grosor, sino también a la textura y a la forma general de la uña. Puede volverse áspera al tacto, perder su forma natural y comenzar a curvarse o a crecer de forma irregular. Este engrosamiento se produce porque el hongo va destruyendo las capas de queratina de la uña, lo que genera una acumulación de restos bajo la superficie. El resultado es una uña endurecida, antiestética y muchas veces incómoda.

Fragilidad y descamación

Las uñas afectadas por hongos suelen volverse notablemente más frágiles que las uñas sanas. Esta fragilidad se manifiesta en una tendencia a romperse con facilidad, incluso al realizar tareas cotidianas como lavarse las manos, fregar platos o manipular objetos. A menudo se observa que los bordes se astillan, o que la uña parece “pelarse” por capas, como si estuviera deshojándose.

Separación de la uña del dedo (onicolisis)

En casos más avanzados de infección, la uña puede comenzar a despegarse de la piel, una condición conocida como onicolisis. Este fenómeno genera una separación visible entre la uña y el lecho ungueal, que puede notarse como una especie de hueco o zona vacía al presionar la uña que, a menudo, da lugar a un olor desagradable. Esta situación aumenta el riesgo de infecciones bacterianas secundarias, ya que la zona expuesta queda más vulnerable.

Inflamación o enrojecimiento alrededor de la uña

Cuando la infección fúngica afecta también a la piel que rodea la uña puede aparecer una inflamación localizada. Esta se manifiesta en forma de enrojecimiento, hinchazón y sensibilidad en la zona, sobre todo en la base de la uña, donde se encuentra la cutícula. En algunos casos, la inflamación va acompañada de dolor o escozor, e incluso puede supurar. En estos casos es especialmente importante acudir a un profesional que pueda confirmar el diagnóstico.

Picor o molestia persistente

Aunque no todas las personas lo experimentan, algunas describen una sensación de picor o molestia constante en la zona de la uña afectada. Esta sensación puede variar desde un escozor leve hasta una incomodidad que se nota de forma persistente al tocar objetos, realizar presión con la uña o simplemente al mover los dedos. En general, no es un síntoma grave, pero sí puede ser un indicio más que se suma a otros para sospechar de la presencia de hongos.

Cómo prevenir la aparición de hongos en las uñas de las manos

Los tipos de hongos en las uñas de las manos pueden variar, pero todos comparten algo en común: aprovechan cualquier debilitamiento de la uña o exceso de humedad para colonizarla. Por eso, la mejor arma contra ellos es la prevención.

Sigue estas recomendaciones para prevenir la aparición de hongos en las uñas de las manos y mantenerlas sanas, fuertes:

Mantén las uñas siempre limpias y secas

La humedad es uno de los principales factores que favorecen el desarrollo de hongos. Después de lavarte las manos, asegúrate de secarlas bien, especialmente entre los dedos y alrededor de las uñas.

Evita el uso prolongado de guantes cerrados

Llevar guantes durante muchas horas seguidas crea un ambiente cálido y húmedo, ideal para que los hongos proliferen. Si necesitas usarlos por trabajo, opta por guantes con interior de algodón, cámbialos con frecuencia y permite que tus manos respiren al menos varios minutos cada hora.

No compartas utensilios de manicura

Tijeras, limas y cortauñas pueden convertirse en vehículos de transmisión de hongos si no se desinfectan correctamente. Siempre que te hagas la manicura en casa, utiliza tus propios utensilios.

Hidrata tus manos, pero con cuidado

El uso de cremas hidratantes es positivo para mantener la piel y las cutículas sanas, pero es importante no dejar residuos de crema debajo de las uñas. Estas acumulaciones también pueden favorecer la proliferación de hongos. Aplica la crema con moderación y limpia el exceso con una toalla o pañuelo.

Protege tus uñas de golpes y agresiones

Los pequeños traumatismos en las uñas, como los golpes repetidos o la presión constante, pueden dañar la estructura de la uña y facilitar la entrada de hongos. Si realizas actividades manuales intensas, usa guantes protectores. Además, evita utilizar las uñas para realizar acciones como abrir objetos.

Controla los factores de riesgo personales

Algunos factores aumentan la probabilidad de desarrollar hongos, como tener un sistema inmunológico debilitado o haber sufrido infecciones fúngicas previas. Si te encuentras dentro de estos grupos de riesgo, es importante extremar las precauciones y revisar tus uñas con más frecuencia para detectar cualquier cambio a tiempo.

Utiliza productos específicos ante los primeros síntomas

Si detectas señales tempranas de una posible infección, existen soluciones antifúngicas que pueden frenar el avance de la infección si se usan a tiempo. No es necesario esperar a que la uña esté gravemente afectada para comenzar un tratamiento: cuanto antes se intervenga, más rápida y eficaz será la recuperación.

Acude a un profesional sanitario ante cualquier alteración

Si notas engrosamiento o desprendimiento en alguna uña, no esperes. Cuanto antes se detecte la presencia de hongos, más eficaz será el tratamiento. Además, el profesional sanitario podrá identificar con precisión cuál de los tipos de hongos en las uñas de las manos está presente para ofrecer un tratamiento adecuado según el caso.

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