Llagas en la boca: ¿cómo afecta el uso de ortodoncia?
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Las llagas en la boca o aftas bucales son pequeñas lesiones que pueden llegar a dificultar tareas tan cotidianas como hablar, comer o incluso cepillarse los dientes. En personas que llevan ortodoncia, el riesgo de que aparezcan aumenta considerablemente debido al roce constante de brackets, alambres o alineadores. En este artículo explicaremos en detalle por qué aparecen las llagas al llevar ortodoncia, qué cuidados puedes aplicar para aliviarlas y cuáles son los mejores métodos de prevención.
Las llagas en la boca o aftas bucales son pequeñas lesiones que pueden llegar a dificultar tareas tan cotidianas como hablar, comer o incluso cepillarse los dientes. En personas que llevan ortodoncia, el riesgo de que aparezcan aumenta considerablemente debido al roce constante de brackets, alambres o alineadores.
En este artículo explicaremos en detalle por qué aparecen las llagas al llevar ortodoncia, qué cuidados puedes aplicar para aliviarlas y cuáles son los mejores métodos de prevención.
¿Qué son las llagas en la boca?
Las llagas en la boca son pequeñas úlceras abiertas que aparecen en la mucosa oral, es decir, en las encías, la lengua, el interior de las mejillas o el paladar, y aunque suelen ser benignas, generan una molestia considerable.
Estas lesiones pueden variar en tamaño y color, siendo normalmente redondeadas, con un centro blanquecino o amarillento y un borde rojizo inflamado. Aunque tienden a curarse solas en un plazo de entre 7 y 14 días, el dolor que provocan puede interferir notablemente en la calidad de vida, especialmente en quienes utilizan ortodoncia.

Llagas en la boca y ortodoncia: ¿por qué aparecen?
El tratamiento de ortodoncia, aunque muy beneficioso para la alineación dental y la estética, suele estar acompañado de pequeñas incomodidades. Una de ellas es la aparición de llagas. La causa principal está en el contacto constante entre los aparatos y la mucosa bucal. Algunos motivos frecuentes son:
Roce de brackets y alambres con la mucosa oral
Cuando llevas brackets metálicos o cerámicos, el borde de estas piezas puede rozar de manera continua con la parte interna de los labios, las mejillas o la lengua. Este contacto repetitivo irrita el tejido blando, lo que termina derivando en pequeñas heridas que se transforman en llagas en la boca.
Ajustes periódicos de la ortodoncia
Cada vez que el ortodoncista ajusta los alambres o cambia los alineadores, la boca necesita un tiempo de adaptación. En esos primeros días posteriores al ajuste, la presión y el movimiento de los dientes hacen que aumente la fricción con los aparatos, lo que favorece la aparición de aftas bucales.
Dificultad para mantener una higiene óptima
El uso de ortodoncia puede complicar la limpieza dental diaria. Si quedan restos de alimentos, las bacterias proliferan con mayor facilidad. Esa acumulación de bacterias y placa puede irritar las mucosas, creando una zona más propensa para que surjan llagas.
Estrés y microtraumatismos constantes
La ortodoncia no solo supone un roce físico, también genera cierta tensión en la boca. Al hablar, masticar o incluso dormir, se producen microtraumatismos que, sumados a la sensibilidad de cada persona, terminan originando lesiones dolorosas.
Síntomas habituales de las aftas bucales en pacientes con ortodoncia
Reconocer los síntomas de las aftas bucales es fundamental para diferenciarlas de otras lesiones o infecciones más graves:
- Dolor localizado y punzante que empeora al comer alimentos ácidos, picantes o muy calientes.
- Sensación de ardor o escozor en la zona afectada, especialmente los primeros días.
- Inflamación visible, con un borde rojizo alrededor de la llaga.
- Molestias al hablar, ya que el movimiento de labios y lengua roza continuamente con la lesión.
¿Se pueden prevenir las llagas al llevar ortodoncia?
Aunque no siempre se pueden evitar, sí existen estrategias eficaces para reducir al mínimo la aparición de estas lesiones. Algunas recomendaciones útiles son:
Uso de cera ortodóncica protectora
Los ortodoncistas suelen recomendar aplicar una pequeña cantidad de cera sobre los brackets o alambres que más rocen. Esta capa protectora crea una superficie lisa, evitando que la mucosa se irrite continuamente. Es un recurso sencillo pero muy efectivo, sobre todo durante los primeros meses de tratamiento.
Mantener una buena higiene bucal
Cepillarse los dientes después de cada comida y usar hilo dental es fundamental. Cuando la boca está limpia, el riesgo de que bacterias y restos de comida agraven las lesiones se reduce drásticamente. Además, una boca sana cicatriza más rápido, lo que ayuda a que las aftas bucales duren menos tiempo.
Enjuagues con soluciones específicas
Los colutorios sin alcohol y con ingredientes calmantes, ayudan a reducir la inflamación.
Dieta blanda y equilibrada
Algunos alimentos pueden irritar aún más las úlceras o incluso desencadenar su aparición. Por eso, es importante conocer los alimentos que se desaconsejan cuando se tiene aftas bucales, para que puedas evitarlos y favorecer una recuperación más rápida. Los alimentos demasiado duros, picantes o ácidos empeoran la irritación.
Visitas regulares al ortodoncista
Un alambre mal colocado o un bracket que sobresale más de la cuenta puede ser la causa directa de múltiples llagas. Acudir al ortodoncista de manera periódica permite detectar y corregir estos problemas a tiempo, evitando lesiones innecesarias.
Tratamientos para aliviar las llagas en la boca causadas por ortodoncia
Existen medidas que ayudan a acelerar la curación de las aftas y a reducir el dolor:
Aplicación de productos específicos
En farmacias encontrarás productos con propiedades cicatrizantes para aliviar el dolor de aftas bucales que, aplicados directamente sobre la llaga, forman una película protectora que favorece una curación más rápida.
Hidratación constante
Beber suficiente agua es fundamental para mantener la mucosa oral en buen estado. Una boca seca es más propensa a que las lesiones se irriten y tarden más en curarse.
Acudir al especialista
La mayoría de las llagas en la boca se curan sin necesidad de intervención médica, pero existen casos en los que es recomendable consultar con un profesional:
- Si las aftas son muy grandes o numerosas y dificultan de manera extrema la alimentación.
- Cuando no desaparecen después de 2 o 3 semanas.
- Si aparecen con fiebre o malestar general.
- En caso de que las lesiones se repitan con demasiada frecuencia, ya que podría haber una condición subyacente como déficit nutricional o alteraciones del sistema inmunitario.
Las llagas en la boca son una molestia común en pacientes que utilizan ortodoncia, pero con los cuidados adecuados se pueden minimizar sus efectos. Llevar brackets o alineadores no tiene por qué convertirse en una experiencia dolorosa. Con una buena higiene y el uso de productos específicos, es posible mantener las aftas bucales bajo control y disfrutar de los beneficios de la ortodoncia sin que las llagas en la lengua o en las mejillas arruinen tu día.
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