Comencemos por el principio: la piel está formada por tres capas, la hipodermis, la dermis y la epidermis. Una grieta es una fisura en la capa superficial, la epidermis. Cuando la piel sufre una falta de hidratación o agresiones externas, como el frío, la humedad, la fricción o el trabajo manual, se debilita. La epidermis puede entonces desgarrarse, de forma más o menos profunda y más o menos visible, lo que se denomina grieta. Esto puede conllevar riesgos, ya que la barrera protectora que es la piel se rompe y, por tanto, te protege menos de las infecciones, pero también puede ser doloroso. ¡Ay, duele!

¡Para ti, algunos consejos simples y efectivos!

¿Cuándo aparecen?

Hay ciertos períodos del año que son más propicios para la aparición de grietas. Para las manos, el invierno es la estación en la que pueden verse especialmente afectadas, sobre todo por el frío y los cambios bruscos de temperatura a los que se enfrentan.

En cuanto a los pies, la aparición de  grietas en los talones es más probable en verano, en parte debido a que caminamos más a menudo descalzos o con zapatos abiertos que exponen nuestros pies más al aire y a la fricción. Hay que tener especial cuidado con los pies y las manos durante estos periodos para evitar grietas, pero no sólo eso…

En la vida cotidiana, ciertos trabajos y actividades pueden provocar también que las manos se sequen, y se dañen especialmente. Los oficios que requieren esfuerzo manual, como el bricolaje, jardinería, peluquería… o incluso ciertas actividades como las tareas domésticas, exponen las manos a agresiones constantes.

¡Protégete del frío!

En los fríos meses de invierno, protege tus manos con guantes y utiliza cremas nutritivas para evitar la deshidratación.

En verano, procura no exponer los pies a la arena o al agua del mar. Si tus pies son especialmente propensos a las grietas, utiliza siempre que puedas zapatos cerrados en lugar de abiertos y recuerda hidratarlos con una crema adecuada.

Si realizas trabajos manuales, bricolaje o tareas domésticas, asegúrate de proteger tus manos con guantes adecuados para limitar el riesgo de agresiones externas.

¡Asegúrate de secarte bien las manos cuando estén húmedas!

¿Lo sabías? Al contrario de lo que podría pensarse, el contacto continuado con el agua deshidrata la piel.

Por ello, evita tener las manos en el agua con demasiada frecuencia, o bañarte durante mucho tiempo, ya que esto reseca la piel. Si tienes las manos o los pies mojados, ya sea por el agua o la transpiración, es necesario secarlos bien, sobre todo antes de exponerse al frío o al viento.

Hidrata tus manos y pies ante el primer signo de deshidratación de la piel

Si sientes que tu piel está tirante, descamada, ha perdido elasticidad u otros síntomas de deshidratación, es conveniente actuar. Para evitar la aparición de grietas y la sequedad de la piel, es necesario beber más agua durante esos periodos más sensibles del año y también aplicar cremas para rehidratar la piel. Utiliza la crema URGO Reparación Intensa a base de miel purificada para nutrir y reparar la piel de tus manos.

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URGO Grietas Filmogel® es un apósito líquido listo para usar, indicado para el tratamiento de grietas y fisuras en pies y manos. Se adapta a grietas de todos los tamaños y en todas las localizaciones para aliviarlas, cicatrizarlas y evitar su reapertura.

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