URGO Protección callos precortados y recortables son protectores tubulares de silicona, indicados para proteger los callos de la presión y las fricciones. Hidratan y reblandecen el callo gracias a su aceite hidratante. Elásticos, y cómodos, los protectores tubulares son reutilizables, fáciles de aplicar y te olvidarás de que los llevas puestos. Además, gracias a su silicona transparente, aportan una protección totalmente discreta.
URGO Protección Callos son protectores tubulares de silicona que protegen eficazmente el callo de la presión y las fricciones.
Los callos se crean debido a una compresión localizada de la piel en las zonas de presión y rozamiento (zapato demasiado apretado, deformación de los dedos de los pies…). Generalmente distinguimos los callos emergentes (localizados en la superficie de la piel) y los callos instalados (que se desarrollan en profundidad y causan un dolor más intenso porque sostienen las terminaciones nerviosas). ¡Ay, qué maaal!
Modo de empleo
Precauciones de empleo
Composición
Silicona y parafina líquida
Formato
URGO Protección Callos precortados: 4 protectores tubulares precortados y reutilizables (4 x 2,5cm precortados). CN: 178268.7
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URGO Protección Callos – Indicación : Protección de callos. Producto sanitario, cumple con la norma vigente. Contraindicaciones, modo de empleo y precauciones de uso: lea atentamente el prospecto. RPS 51/23
Preguntas frecuentes
Los callos son el resultado de la acumulación de piel muerta en áreas de presión o fricción repetida. Se forman como una respuesta de protección de la piel y pueden ser causados por el uso de calzado incómodo, caminar descalzo, actividades repetitivas o el roce constante de la piel contra objetos duros»
Para eliminar los callos remoja los pies en agua tibia para ablandar la piel, utilizar una piedra pómez o una lima para suavemente exfoliar la capa de piel endurecida. Aplica una crema o loción hidratante para mantener la piel suave y proteger la zona afectada con almohadillas o protectores para reducir la presión y fricción. En casos persistentes o dolorosos, se recomienda buscar la ayuda de un podólogo para un tratamiento más especializado
