Lo primero: refrescar la quemadura con agua fría
El primer paso: Refrescar la quemadura con agua fría
En primer lugar, es importante refresca la quemadura con agua fría o tibia, y a baja presión. Cuanto antes se haga, más eficaz será. Esta acción esencial reduce el calor local y evita que la inflamación se extienda. Una regla de oro, sencilla de recordar, es la regla de los tres 15:
- La quemadura debe aclararse con agua a una temperatura de 15°C;
- Se aplica a una distancia de unos 15 centímetros del tejido lesionado;
- Durante un mínimo de 15 minutos.
A continuación, es importante secar bien la piel sin frotar y aplicar los productos de cuidado adecuados para aliviar el dolor a largo plazo. En presencia de ampollas, se recomienda no perforarlas nunca, sino protegerlas.